lunes, 16 de noviembre de 2009

Control

Control es una película que es un lujo verla en estos tiempos. En blanco y negro y la música de mi grupo favorito, Joy Division. Con Atmosphere y el humo que sale de la chimenea entras en la nostalgia, con Transmission gozas viendo a Ian Curtis tal y como era. Y el trozo de No love lost me hizo levantar de la silla. Si nunca ha sido capaz de apreciar a Joy Division, quizá con esta película aprenda a valorarlos y disfrutar con ellos.

Atentamente: Arín Dodó

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