miércoles, 8 de diciembre de 2010
Jules y Jim. François Truffaut. 1961.
jueves, 7 de octubre de 2010
martes, 7 de septiembre de 2010
El aventurero de medianoche - 1982
lunes, 30 de agosto de 2010
viernes, 6 de agosto de 2010
martes, 15 de junio de 2010
El caminante y su sombra hablaban de Taxi Driver
La sombra no salía de su asombro cuando el caminante se dirigió a ella de esta forma.
La sombra, con sus ideas confusas, con su espíritu convulso, comenzó a recordar Taxi Driver, a Martin Scorsese, virgen y salvaje, a Robert De Niro, loco y dominado por sus pasiones delante de un espejo, cargado con un Magnum 44.
Cybill Shepherd, fría y distante, una rubia preciosa, lo odiaba en la superficie, pero lo amaba en sus profundidades… lo respetaba y lo admiraba.
El más vivo retrato de la democracia toleraba y apoyaba hacia sus adentros al fascista y justiciero Travis.
- ¿ Eso mismo es lo que sentimos todos en realidad?, se preguntaba la sombra.
- Las enseñanzas y las convicciones del caminante, ¿están equivocadas?, ¿no son correctas?.
- Ninguna de las afirmaciones de la frase del caminante aparecen en la personalidad de Travis ni en la película de Scorsese…¿ Martin Scorsese es un hombre sin estilo?. O ese estilo descarnado y brutal de Taxi Driver, ¿es un estilo sin estilo?.
Atentamente
J.G. Entonado & Arín Dodó
martes, 18 de mayo de 2010
Abre los Ojos
Me refiero, por ejemplo, a la connotación de los sueños y a su relación con la realidad. Quiero decir, soñamos con algo que apenas nos paramos a pensar durante el día, y ese sueño puede perseguirnos durante todo el día, o durante semanas que peligrosamente puedan convertirse en años. Y a veces no solemos distinguir los sueños de la realidad, o al menos a mi me ocurre. Podemos morir, desfigurar nuestro alma como Dorian Grey o asumir la propia vida como una derrota, y, en cambio, todo puede cambiar en cualquier momento, como al despertarnos. Podemos vivir en una realidad múltiple y pensar que nuestros propios argumentos pueden rotar lanzándonos al abismo. Y, de repente, despertamos. Despertamos y vemos un cuarto oscuro que igual es como otra dimensión.
Sé que Amenábar con Abre los ojos buscaba crearnos preguntas a base de cruzarnos los colores de los hilos que componían el argumento, mezclarnos las ideas, crearnos preguntas, confundirnos.
Pero no anduvo muy lejos de desenmascarar la realidad.
viernes, 7 de mayo de 2010
Le Beau Serge - Claude Chabrol (1958)
Al final de la escapada y Los cuatrocientos golpes suelen eclipsar al resto de películas fundacionales de la Nouvelle Vague y, a veces, se olvida la importancia de una película como Le beau Serge de Claude Chabrol. Algo injusto.
Cuando se estrenó Le beau Serge en 1958, antes de que los primeros largometrajes de Godard y Truffaut se proyectasen por primera vez, la revista Cahiers du Cinéma ya parecía haber sentado las bases teóricas de uno de los movimientos más importantes en la historia del cine europeo. La importancia de Le beau Serge reside, precisamente, en su carácter fundacional al llevar a las pantallas lo teorizado en la revista francesa y, al margen de su relación con cualquier corriente cinematográfica, en su propia calidad.
La historia de Le beau Serge es de apariencia sencilla: François -Jean-Claude Brialy- regresa a su pueblo natal tras varios años en la ciudad con la intención de recuperarse definitivamente de una afección pulmonar. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que la vida en el pueblo -Sardent en la realidad, situado en el centro de Francia- poco tiene que ver con lo que él recuerda. Serge -Gérard Blain-, uno de los mejores amigos de la infancia de François, parece ser un personaje completamente distinto. Desde el primer momento en que el espectador ve a un Serge totalmente ebrio e incapaz de reconocer a su amigo, la sensación de pesadumbre que parece rodear a la vida de Serge se hace latente. Poco a poco, se van introduciendo los hechos que han marcado la vida de Serge durante la ausencia de François.
La vida en el pueblo es monótona y triste. Cualquier ambición parece inalcanzable. François tuvo la suerte de poder ir a la ciudad, pero Serge no. El bello Sergio se quedó en su pueblo y el embarazo de Yvonne -Michele Meritz- le obligó a casarse con ella. La desgracia llegó de manera irremediable con la muerte de su hijo, mongólico, al poco tiempo de nacer. La vida de Serge se convirtió entonces en algo intrascendente.
Cuando François regresa, lo único a lo que Serge se dedica es a emborracharse con uno de los viejos del pueblo, Glomaud -Edmond Beauchamp-. Su relación con Yvonne no parece estar marcada por el cariño tampoco. Solamente la seducción de la Lolita del pueblo, Marie -Bernardette Lafont-, supuesta hija de Glomaud y que acabará encandilando a François también, parece sirverle de distracción. Ni siquiera el nuevo hijo que espera le sirve de esperanza, ante el temor de que vuelva a nacer con problemas.
El panorama con el que se encuentra François es, por lo tanto, desolador y, pronto, se dispondrá a cambiarlo. Sin embargo, el rechazo del pueblo será general. Serge parece completamente resignado y a pesar de las conversaciones que mantiene con François, le resulta imposible encontrar sentido alguno a su vida. François cada vez se siente más aislado en su regreso pero, a diferencia de Serge, no se resigna. Finalmente, el nuevo hijo de Serge nace y el papel de François es clave. Durante el parto, Yvonne se encuentra sola. Ni el médico ni un Serge borracho se preocupan por ella. En mitad de la noche, François sale a buscarlos y en la escena final pronuncia unas palabras clave, “He creído,” mientras Serge, por fin, esboza una sonrisa de verdadera felicidad.
Le beau Serge es, así, una película real. Claude Chabrol no utiliza ningún elemento artificial. Muestra la vida del pueblo como es: el aburrimiento de Serge; la locura de Glomaud que no puede reprimir sus instintos sexuales y viola a Marie, su supuesta hija; el miedo de la mujer de Serge, Yvonne; etc. Aún así, también hay espacio para la belleza: la pierna desnuda de Marie, la melancolía general que impregna varias escenas de la película, las constantes escenas exteriores del pueblo o la sonrisa final de Serge.
El debut cinematográfico de Chabrol no posee el encanto parisino de Al final de la escapada ni dio lugar al personaje histórico de Antoine Doinel, pero es un film imprescindible que impregna de realidad la pantalla. Indispensable si uno ama a la Nouvelle Vague.
I am in love with Jean Seberg
MSP
Extraños en el paraíso - Jim Jarmusch (1984)
Si se observa la vida de una persona y no ocurre aparentemente nada, ¿se puede encontrar algún tipo de placer? Cuando uno ve la película de Jim Jarmusch, Extraños en el paraíso, inmediatamente, se hace esa pregunta. Extraños en el paraíso es especial porque resulta interesante sin que en la película ocurra algo realmente llamativo a primera vista. Los dos personajes masculinos, Willie y Eddie -John Lurie y Richard Edson respectivamente- no son ni guapos ni inteligentes. Más bien son todo lo contrario. No tienen ningún tipo de trabajo en particular y sus únicos entretenimientos son apostar en las carreras de caballos e ingerir comida basura. Willie y Eddie no son héroes: son personajes muy sencillos que deambulan sin ninguna meta fija vestidos como Belmondo en Al final de la escapada. Su vida es completamente gris.
El tercer personaje principal es Eva -Estzer Balint- una joven húngara, prima de Willie. Eva vuela a Nueva York con la esperanza de encontrar un nuevo mundo pero su viaje, como una de las primera escenas de la película en la que camina por los tristes suburbios neoyoquinos, resulta ser una tremenda ironía: el sueño americano es una falsa ilusión. Los EEUU son el lugar donde los sueños se hacen realidad, pero lo único que encuentra es la monótona y aburrida vida de su primo, que hace tiempo que olvidó su pasado europeo, y a su amigo Eddie.
MSP
martes, 30 de marzo de 2010
Comentario de Begoña Montes Zofío sobre Paulino Viota y sus CONTACTOS
Me ha encantado el libro-poema de Bukowsky, no lo conocía, y llevo varios días dándole vueltas al verso, me viene a la cabeza, tiene vida propia, "la esencia". En realidad he hablado antes sobre la libertad porque creo que es básica para la autenticidad y creo que ambas son parte de la esencia, de la creación, del propio ir con uno mismo, con una misma, poniendo luz en las emociones, viendo lo que pasa por dentro, sin censura, o con la mínima posible, y dejando que todo este proceso encuentre su camino de salida. Creo que ese camino de salida es la forma, todo tiene una forma, aunque Bukowsky (y tú tb) se refiera a la forma como prioridad. Es la eterna pregunta que los poetas tenemos siempre entre manos ¿qué es más importante, el continente o el contenido? ¿forma o fondo? ¿estructura o esencia?
No sé si me he explicado. Gracias por tus reflexiones y tu mirada.
jueves, 25 de marzo de 2010
Jack Kerouac, Ed Wood e Iván Zulueta
Estas tres personas son algunas de las que me han influido y me han ayudado a desarrollar una concepción clara de lo que es para mi la música, el cine, la literatura…el arte en general. Y también a no dejarme pisotear por otros que tienen “el dogma escrito en la frente” y piensan que sólo hay un camino para entender y disfrutar de todo esto.
Kerouac decía que “Hay una sugerencia de liberación de toda categoría rígida, de libertad total. Se aspira a lograr la espontaneidad absoluta, que no sólo es típica del jazz sino que también responde al deseo budista de liberar al ser del razonamiento analítico.”
Ed Wood está catalogado como el peor director de la historia del cine. Vean “Glen or Glenda”. Al ver esa película me impresionó el desparpajo que tiene al presentar a un hombre heterosexual, enamorado de una mujer, pero al que le gusta vestirse con ropa femenina. Es una película muy atrevida para su momento (es de 1952, en plena Caza de Brujas del senador mccarthy), además está hecha con un lenguaje muy personal. Hay secuencias muy eróticas, casi pornográficas, sin que se vea nada, y en un estilo surrealista bien conseguido. No comprendo entonces el título que le han dado.
“Arrebato”, de Iván Zulueta, es una metáfora de lo que puede ser el cine para ese director. Trata de un chico obsesionado con las películas; al final es abducido por una cámara. Creo que para Zulueta el cine se confunde con la vida y tiene capacidad para decidir y mezclarse con la realidad. Ésta es una obra que puede plantear la pregunta (que tantas veces me he hecho y tantas me haré) de cuál es la frontera entre el arte y la vida.
Estos ejemplos, me parece, pueden servir para ilustrar las ideas esenciales de este escrito, que son preguntas que me hago una y otra vez (es un “eterno retorno” el de estas cuestiones): la realidad y el arte pueden tener muchas cosas en común, se confunden muchas veces, ¿dónde está la línea que las separa?; hay que liberarse y despojarse de prejuicios y disfrutar con lo que se ve o se oye, o se lee ( y espero que esto no se interprete como un dogma, no es mi intención); y hay que dejar fluir las emociones y olvidar si hace falta las interpretaciones intelectuales; que muchas veces son un lastre del que es muy difícil deshacerse.
Disfruten pues, ya que la vida es efímera…al igual que el arte que más me gusta.
Atentamente
Arín Dodó
lunes, 22 de febrero de 2010
Paulino Viota y sus "Contactos" con Espíritu y sin Forma
martes, 16 de febrero de 2010
Manos Peligrosas - Sam Fuller
miércoles, 10 de febrero de 2010
Bukowsky
Sale con Linda Lee, su compañera en “Shakespeare nunca lo hizo”; un libro suyo que trata sobre un viaje que hizo a Europa para promocionar su poesía.
A Bukowsky no le interesa escribir sobre obras de arte, manifestaciones, museos y sobre las cosas trascendentales que a otros sí. Él prefiere escribir sobre un perro vagabundo que baja por una calle, o sobre los pensamientos que puede tener un delincuente mientras come una hamburguesa.
No deja de ser paradójico que un hombre con un afán autodestructivo como el suyo haya podido orientar y ayudar a reafirmarse a otras personas. Gracias a él hemos aprendido algunos a liberarnos de prejuicios incómodos que impiden disfrutar de cualquier obra artística o de cualquier otro aspecto de la vida.
Me pregunto cuál será la línea que separa el arte y la experiencia vital. Para Charles Bukowsky el arte es algo con estilo y peligroso; por ejemplo, dice, abrir una lata de sardinas puede ser arte.
Siempre tendré presente a ese que llaman Hank. Ese es su nombre para los amigos. Henry Bukowsky es su nombre real, pero para un escritor no suena bien. Charles Bukowsky sí es un nombre de escritor,…eso dice.
También cuenta que no le motivaba para nada la 2ª Guerra Mundial, pero sí que le hubiera gustado ir para matar a unos cuantos. Él se declaraba fascista en esa época, aunque fuera sólo por llevar la contraria.
No, no tenía pelos en la lengua ese tipo, y gente así no suele haber mucha en este mundo tan puritano y tan falso.
Es de agradecer.
Vean este documental y de paso léanse “Lo que más me gusta es rascarme los sobacos”.
Arín Dodó
2001, Odisea en el Espacio
Primera: la evolución de la especie humana está guiada por una inteligencia superior, ¿extraterrestre?, simbolizada por el monolito. Esta inteligencia le sugiere al mono Moonwatcher que utilice herramientas para dejar de ser herbívoro y convertirse en carnívoro, así le resultará más fácil adaptarse a las condiciones del ambiente y estar mejor preparado para una posible evolución; además esas herramientas (el hueso de otros animales muertos) son un arma poderosa, símbolo de poder. Hasta aquí, esa propuesta me parece correcta. A continuación, el hombre moderno llega al espacio. El monolito le sugiere un nuevo salto en la evolución; éste consiste en la liberación de la materia orgánica (el cuerpo) que nos limita, y convertirnos en pura energía, en sólo inteligencia, un estado máximo evolutivo. ¿Convertirnos en algo así como dioses, en inmortales?. Esto me parece un tanto pretencioso; y además, aburrido. ¿Qué interés podemos tener en convertirnos en dioses y renunciar así a los placeres físicos que nos proporciona el tener un cuerpo?. Las limitaciones que tenemos, ¿no son precisamente un estimulante para que nos sintamos motivados a hacer cosas?.
Segunda interpretación: el máximo grado evolutivo consistiría en la búsqueda del centro del laberinto que llevamos todos dentro; la esencia de la especie humana y la realización de muchos de nuestros anhelos. Esto, al fin y al cabo, ha sido una constante en la historia de la humanidad; ya no me parece pretencioso y entra dentro de nuestra condición.
Bien, ya he dado las dos interpretaciones racionales que tengo de la novela. A partir de ahora me olvido de ellas y me quedo con lo que me hizo sentir la película. A ésta la veo de otra forma. Me parece que Kubrick prefiere las emociones a hacernos razonar. La película tiene momentos que alteran y revuelven el interior, como cuando se oye la música de Richard Strauss con el mono dando golpes con un hueso, o cuando Bowman intenta desconectar a Hal y sólo se oye la respiración del astronauta y al ordenador rogando para que no lo desconecte. Desde mi punto de vista el director apela a nuestros sentidos primarios y deja a un lado el razonamiento intelectual, emitiendo una serie de imágenes visuales y sonoras que nos hacen saltar en el sillón. Me quedo mejor con esta idea, por eso prefiero la película a la novela. No cambio por nada del mundo la emoción que siento al ver al mono golpeando el hueso (mientras la música aturde el cerebro) por el análisis racional de la novela. No tiene ni punto de comparación una cosa con la otra. Por algo las decisiones, dicen, vienen regidas siempre por una emoción.
Sobre "autores" y "artesanos"
miércoles, 6 de enero de 2010
Cine brasileño - Diván
El pasado mes de diciembre, dentro de la 2ª edición del Cine Fest Brasil – Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, pudimos ver la película “Diván”, una comedia de José Alvarenga Jr. que consigue profundizar en el universo femenino a través de los acontecimientos y acciones desarrolladas.
Sin saber muy bien porqué una mujer de 40 años acude al sicoanalista y ve como van ocurriendo cosas en su mundo aparentemente estable.
El foco de la película está centrado en ella, en sus deseos, inquietudes y necesidades, como si hasta ese momento hubieran estado dormidos y empezaran a despertarse.
También van saliendo otros temas como la importancia de la estética, el hombre como centro de la vida de algunas mujeres y la amistad.
La película enfoca el sicoanálisis con valentía y respeto y sobre todo con mucha naturalidad, sin miedos sociales. Me ha sorprendido esta visión porque en nuestra sociedad actual todavía es un tema tabú y me alegra ver que otros países nos llevan la delantera.
Begoña Montes Zofío