jueves, 26 de noviembre de 2009

El enigma de Gaspar Hauser

En esta película de Werner Herzog aparece, entre otros, un personaje bastante peculiar, un aristócrata inglés. Quiere adoptar a Hauser y cuando descubre que Gaspar tiene una personalidad propia y no la que él quiere que tenga (como si fuera un espectáculo de feria) dice: "ésta ocupación carece de toda elegancia espiritual". Resulta que Gaspar estaba en ese momento haciendo punto. Parece que es la personalidad típica de un snob condicionado totalmente por las convenciones culturales y sociales, ¿no?. Está obligado a seguir unas reglas y unos dogmas previamente establecidos para sentirse admirado y aceptado por todos sus semejantes. Gaspar Hauser es la antítesis de todo eso. Hace lo que le pide el cuerpo en cada momento, es sensible; le gusta la poesía, leer, escribir, la música...hacer punto; y lo hace simplemente para disfrutar, sin ninguna otra meta. Es un hombre incomprendido por la mayoría de los demás precisamente por eso, por tener un criterio propio y libre de prejuicios.

El escriba, funcionario corriente con poca iniciativa, va redactando actas durante sus apariciones en la película, repitiendo continuamente la frase final de lo que le van dictando. La historia acaba con la muerte de Hauser y con la autopsia de su cuerpo. El secretario se va feliz porque ha conseguido hacer el acta perfecta al pensar que la extrañeza de carácter de Hauser se ha explicado al descubrir en la autopsia que su cerebelo tiene unas dimensiones anormales, o al menos atípicas. Al encontrar una justificación a las "rarezas" de Hauser, ¿pierden el temor a lo que no pueden entender?. Sus conciencias quedan tranquilas al ver que el comportamiento especial de Hauser es debido a una disfunción física.

Es más de lo mismo, remar contra corriente tiene su precio. ¿Aquí matan a Gaspar por miedo a lo desconocido, a lo extraño, a lo distinto?.


Atentamente: Arín Dodó

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