!!! VAYA PUTA MIERDA DE PELÍCULA !!!
Éste es el mejor piropo que John Waters,
el director, desearía oir para calificar este engendro.
El calificativo no se refiere a si es buena o mala película;
simplemente quiere indicar la sensación que causa cuando la estás viendo.
Todo esto me hace recordar los comentarios de mi querido Bukowsky,
referentes a lo que tiene que ser el arte, según su punto de vista,
que coincide con uno de los más genuinos pensamientos arindododianos.
El arte debe ser arriesgado,
peligroso
y debe remover los sentidos primarios del receptor.
Debe hacer reir, llorar,
emocionar,
repeler,
hacer sentir ganas de comer,
beber,
cagar o
vomitar.
Esto es precisamente lo que consigue John Waters en Pink Flamingos.
Es una película repulsiva y vomitiva; irreverente y premeditadamente guarra.
Así que, señores,
la polémica sobre la vulnerabilidad del número áureo y los cánones
establecidos de belleza en el arte está plenamente servida.
El arte, ¿tiene límites?, ¿tiene reglas?. Es más; el arte, ¿existe?.
A mi no me lo pregunten, porque no tengo ni idea...además, me importa un carajo.
Atentamente: Arín Dodó
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