miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sam Fuller, sus secuaces y Shock Corridor

Él siempre está con un cigarro puro en la boca.

Es capaz de llevar a Lee Marvin a la Segunda Guerra Mundial.

A Richard Widmark a un laberinto de espías anticomunistas.

Hace que Peter Breck se deje violar por una pandilla de vampiras ninfómanas...

... y que coma y coma y coma y coma y coma chicle sin parar...

( le dicen que es para que se cansen sus músculos maxilares,
                                                        y como reflejo, se canse el resto de su cuerpo,
                                                                                              y así, poder dormir tranquilo en el manicomio)

...al lado de un loco "loco" por la ópera.

Sin duda, el personaje de Johnny Barret es un imbécil.

Deja tirada nada menos que a Constance Towers porque quiere ganar un premio Pulitzer.
Decididamente Johnny Barret es un idiota.

Y la película una locura.

Con un negro del Ku Klux Klan y el resto de actores que dejan sacar lo más psicótico de ellos mismos.

El único consuelo que me queda es que todo esto lo ha hecho el Gran Samuel Fuller.


Atentamente: Arín Dodó

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